Al igual que en los adultos, muchos estímulos y demandas también pueden ocasionalmente aumentar los niveles de estrés en los niños. Este estrés puede deberse a múltiples razones como discutir con un amiguito por un juguete, ofenderse o pelearse entre hermanos, que los padres hayan tenido una discusión o se hayan molestado, mudarse a un lugar nuevo, tener un día muy sobrecargado, etc.
Al enfrentar sentimientos abrumadores y muchas veces desconocidos, los niños pequeños no saben qué hacer con ellos. Por lo tanto, como padres debemos primero intentar saber cómo se siente el niño, conocer la situación, acompañarlo y guiarlo en la adquisición de habilidades o métodos adecuados que le ayuden a sobrellevar el estrés y la ansiedad que pueden estar experimentando.
Siendo el juego la actividad principal con la que el niño crece, aprende y se desarrolla, presentamos diversos juegos y actividades que ayudarán al niño a aliviar el estrés, permitiendo además a los padres acercarse y conocer mejor el mundo del niño, comprendiendo sus experiencias y dándoles la oportunidad de enseñarles cómo lidiar con ellas de una manera constructiva y respetuosa.
1. Casa
Haremos una “casa” para el niño donde él tendrá el control. Este espacio podemos hacerlo colocando una manta sobre algunos objetos de nuestra casa, acondicionando debajo de la mesa, liberando espacio en un armario, o utilizando una caja grande de cartón.
Este juego ayudará al niño a establecer sus límites personales y a sentirse seguro.
2. Bebé
A veces, incluso los niños más grande quieren que sus madres los abracen, acurruquen y les canten una canción o cubrirse con mamá debajo de una manta y recibir su calidez tanto física como emocionalmente. Esto puede suceder cuando el niño está atravesando emociones difíciles y desea tener una sensación de seguridad, atención y cuidado de los padres (a menudo ante la llegada de un hermano o hermana menor en la familia). Permita que el niño sea un bebé por un momento, él o ella todavía necesita su calidez, atención y cuidado.
3. Sandwich
Colocamos al niño sobre un par de almohadas formando el pan base del sándwich. “Untaremos” el pan con mantequilla, alisando suavemente al niño con las manos mientras le contamos cada una de nuestras acciones, luego colocamos “queso” encima de la mantequilla (una o dos almohadas más) y una vez más untamos mantequilla.
Luego comemos el “sándwich” apretando suavemente las almohadas que rodean al niño. Finalmente podemos acariciar la cabeza del niño, sonreír y dejar que se acueste en las almohadas todo el tiempo que desee.
Este juego ayuda al niño a sentir mejor su cuerpo y a recuperar el sentido de sí mismo.
4. Salchichas
Este juego es ideal cuando el niño está muy emocionado y quiere jugar, saltar, correr, girar y necesitamos que se calme y cambiar a otra cosa.
Nos acostamos sobre una cama, colchoneta o una manta extendida y rodamos como si fuéramos salchichas e invitamos al niño con palabras alegres a que ruede hacia nosotros. Finalmente podemos abrazarle o jugar que hacemos un sándwich.
5. Jugando con Agua
Los juegos con agua tienen un efecto calmante y relajante en los niños. Podemos pasar agua de un recipiente a otro, directamente o usando una jeringa, vaso, cuchara, etc., así mismo, hacer experimentos con tintes disueltos en agua y similares permite que los niños se concentren y se calmen. Un baño con agua tibia relaja al niño por completo. El baño en general elimina la ansiedad y la agitación excesiva por lo que es ideal después de un paseo divertido o después de una reunión. Después del baño, se puede llevar al niño a la cama y cubrirlo con una manta o sábana suave. También es bueno acomodar al niño en la cama de los padres ya que esto les da seguridad y los tranquiliza.
6. Almohadas Traviesas
Le contaremos al niño que tenemos “almohadas traviesas” en casa que cuando las lanzan dicen frases “traviesas” como: “No quiero vestirme”, “No quiero sopa”, “No quiero ir a dormir”, etc. Invitamos al niño a jugar con estas almohadas lanzándolas entre ustedes por turnos, mientras gritan frases “traviesas” en nombre de la almohada.
Este juego ayuda a canalizar la agresividad y alivia el estrés emocional y físico.
P.D. En el turno de los padres la almohada puede negarse a levantarse temprano, ir a trabajar, lavar los platos, etc. 🙂
7. Barriga – Sandía
Invite al niño a jugar con su barriguita. Indíquele que se acueste boca arriba y coloque sobre su estómago algún tipo de objeto estable ni muy ligero ni muy pesado (por ejemplo un plato de plástico) y coloque un juguete sobre él. La tarea del niño será mantener este objeto sobre su barriga; para esto deberá respirar hondo y redondear su estómago (dándole forma de sandía), colocar el objeto y luego exhalar suavemente evitando que el juguete se caiga y ruede sobre su barriga-sandia.
Esta práctica de respiración ayuda a liberar la tensión.
8. Plastilina (2 a 3 años) / Muñeca (3 a 5 años)
El niño se coloca en un sofá, suelo o cama y se convierte en plastilina (masa para modelar), luego comenzamos a “amasar” la plastilina acariciando y amasando suavemente sus brazos, piernas, espalda, barriga, cabeza y cara, mientras al mismo tiempo mencionamos lo suave y agradable que es la plastilina. Después de esto podemos “modelar” un animal de plastilina e invitamos al niño a adivinar que animalito es ahora.
En el juego “Muñeca” utilizamos la plastilina para modelar una “muñeca” agregando a la plastilina varias cualidades positivas (en especial aquellas de las que el niño/a necesite como por ejemplo: calma, generosidad, confianza, coraje, etc.), una vez terminada la muñeca decimos ¡Muñeca vive!, soplando sobre ella para “darle vida”, luego invitamos al niño a ir al espejo y ver que maravillosa muñeca resultó.
9. Frasco de Experiencias
Para este juego se requerirá un frasco con tapa. En este frasco el niño deberá susurrar todas sus preocupaciones del día, siendo lo más importante no olvidar cerrar la tapa inmediatamente después para que las preocupaciones no se escapen. El frasco se puede limpiar “mágicamente” sacudiéndolo. Lo ideal es agregar experiencias regularmente, evitando así que se acumulen en el niño.
10. Vela
Encenderemos una vela, pero no una simple vela sino una “vela mágica”, ya que esta les dice a todos como hacer frente a sus dificultades. El niño mira la llama y en ella podrá encontrar las respuestas a sus preguntas. Esta actividad se debe realizar siempre en compañía de un adulto.
11. Piedrita
Invitamos al niño a acostarse en un lugar cómodo, le pedimos que cierre los ojos y le diremos que se convirtió en una piedrita que está ligeramente sumergida en un arroyo. Con una tela suave simularemos en el niño el flujo del agua que pasa por los costados y la parte superior de la “piedrita” mientras le vamos narrando suavemente diversas cosas que pasan a su alrededor como que sale el sol y la calienta suavemente, que sopla el viento y la refresca, que una ranita se sienta en la piedrita a atrapar insectos, que un ave pasa volando muy arriba en el cielo, que un pececito nada alrededor de la piedrita, o que se vuelve de noche y un grillo se sube en la piedrita a cantar. Este juego ayudará al niño a relajarse y a liberar tensiones.
Para más juegos y actividades que ayuden al desarrollo de las emociones de los niños te invitamos a visitar las siguientes entradas:
- 20 Juegos para Padres e Hijos (2 años a más)
- 13 Juegos para el Desarrollo Emocional de los Niños (2 a 6 años)
- Importancia del Juego en la Relación entre Padres e Hijos